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CHL/SDP/133/2020 Consultoría para el diseño e implementación de una mesa asesora silvoagropecuaria para el cambio climático
Procurement Process :RFP - Request for proposal
Office :UNDP Country Office - CHILE
Deadline :29-Oct-20
Posted on :08-Oct-20
Development Area :SERVICES  SERVICES
Reference Number :71072
Link to Atlas Project :
00061930 - Programa Fomento de Capacidades Cambio Climático
Documents :
CHL/SDP/133/2020 Bases
CHL/SDP/133/2020 Anexo II
CHL/SDP/133/2020 Anexo V
CHL/SDP/133/2020 Minuta Reunión Informativa
CHL/SDP/133/2020 Preguntas y Respuestas
Overview :

De acuerdo con el Cuarto Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), el proceso de calentamiento global es inequívoco y tiene una causa antropogénica, asociada a la emisión de gases de efecto invernadero.

En este sentido, Chile ratificó en el año 1994 la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), así como también se hizo parte del Protocolo de Kioto en 2002 y del Acuerdo de París en 2015.

Chile ha liderado la implementación de acciones en cambio climático en Latinoamérica desde la década pasada. Como signatario del Acuerdo de Paris, el país se ha comprometido a implementar las acciones necesarias para cumplir con los compromisos adquiridos en su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), y así transitar hacia un desarrollo inclusivo y sostenible. Estas contribuciones son los principales instrumentos que guían la acción climática internacional, en la búsqueda por detener el aumento de la temperatura promedio global, aumentar la resiliencia del planeta, y movilizar inversiones públicas y privadas en la senda de un desarrollo sostenible, que considere las variables ambientales, sociales y económicas de manera equilibrada.

Este es el llamado que Chile está impulsando con fuerza desde su rol como Presidencia de la COP25, tarea que comenzó a ejercer en diciembre de 2019 en Madrid, España y marca la antesala para la implementación del Acuerdo de París a partir del año 2020. Chile aceptó el desafío en un momento crucial para avanzar decididamente el aumento de ambición de los países, expresado a través de mayores reducciones en la emisión de gases de efecto invernadero que permitan disminuir la brecha de emisiones requerida para lograr detener el aumento de la temperatura del planeta por debajo de los 1,5°C, tal como lo solicita la ciencia.

Así, Chile refleja su compromiso histórico con la acción climática a través de la reciente actualización de la NDC, aumentando la ambición en todos sus componentes (mitigación, adaptación, integración y medios de implementación), así como también poniendo un foco especial en la transparencia, claridad y seguimiento de las metas fijadas. Esta actualización incorpora además un pilar social específico de transición justa y objetivos de desarrollo sostenible, que guía la formulación e implementación de los compromisos y releva la condición de mayor vulnerabilidad de grupos de la población más expuestos por situaciones de base, como género.

El Ministerio de Agricultura (MINAGRI), ha sido pionero en Chile en implementar acción climática desde la década pasada, debido a que es un sector que se ve directamente afectado por las condiciones cambiantes del clima. Por una parte, los efectos del cambio global tendrán repercusiones en la productividad de la agricultura nacional, condicionando la localización geográfica de los cultivos y sus rendimientos, lo que hace necesario potenciar las acciones de adaptación de la agricultura. Por otra parte, las actividades productivas del sector silvoagropecuario generan emisiones de gases de efecto invernadero, las que pueden ser reducidas o bien compensadas por iniciativas que capturen carbono, siendo por ello relevante apoyar la implementación de medidas que contribuyan a la mitigación del cambio climático. Consciente de ser parte de la solución, se compromete y adquiere compromisos en diversos componentes del NDC de Chile.

Para efectos de abordar materias asociadas a cambio climático cuyas características responden a un enfoque de integración en el sector silvoagropecuario en el NDC, es decir, que persiguen objetivos tanto de mitigación como de adaptación, se han incorporado compromisos en materia de uso de tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura (UTCUTS). Estas son líneas de trabajo prioritarias para el país, por lo que se han relevado en la NDC y denotan elel esfuerzo por avanzar en una visión integrada y sinérgica en el diseño e implementación de la acción climática en Chile

La capacidad de captura de carbono de los ecosistemas terrestres cumple un rol de primer orden en la contención del aumento de la temperatura media del planeta. Tan relevante como reducir las emisiones liberadas en la atmosfera, es retirar aquellas previamente emitidas. Sólo cuando la captura de gases de efecto de invernadero comience a ser mayor a las emisiones en un mismo periodo, y estas emisiones sean secuestradas (permanentemente), entonces comenzará el proceso de revertir las condiciones que incrementan el cambio climático y sus impactos.

En este sentido, presenta las siguientes contribuciones en materia de bosques, asociada al sector Uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura (UTCUTS)[1]:

  • El manejo sustentable y recuperación de 200.000 hectáreas de bosques nativos, representando capturas de GEI en alrededor de 0,9 a 1,2 MtCO2eq anuales, al año 2030.
  • Chile se compromete a crear 200.000 hectáreas de nuevos bosques, de las cuales al menos 100.000 hectáreas corresponden a cubierta forestal permanente, con al menos 70.000 hectáreas de especies nativas. La recuperación y forestación se realizará en suelos de aptitud preferentemente forestal y/o en áreas prioritarias de conservación, que representarán capturas de entre 3,0 a 3,4 MtCO2eq anuales al 2030.
  • Aplicar y fomentar acciones para la reducción de las emisiones del sector forestal por degradación y deforestación del bosque nativo en un 25% al 2030, considerando las emisiones promedio entre el periodo 2001-2013.

La Corporación Nacional Forestal (CONAF) ha trabajado desde el 2013 en la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV), un instrumento de política pública, validado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, que cuenta con diversas medidas de acción directas y facilitadoras que, con base en un proceso de formulación técnico y participativo de carácter nacional, se centran en enfrentar el cambio climático, la desertificación, la degradación de las tierras y la sequía (DDTS). La ENCCRV busca, mediante una adecuada gestión de los recursos vegetacionales, evitar o disminuir las tasas históricas de deforestación, devegetación y degradación de bosques nativos, formaciones xerofíticas y otros recursos vegetacionales; así como también fomentando la recuperación, forestación, revegetación y manejo sustentable de éstos recursos nativos de Chile. Esta estrategia corresponde a una de las principales herramientas para el cumplimiento de las distintas metas de mitigación asociadas al sector UTCUTS en el NDC, además de normativas e instrumentos que entregan incentivos para los propietarios de bosques para su conservación o la creación de nuevos bosques.

En específico, la ambición de las metas de bosques asociada a mitigación se basa en el potencial del sector forestal para capturar carbono y disminuir las tasas históricas de deforestación y degradación forestal. Lo anterior está en línea con lo que la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) ha dispuesto para el enfoque REDD+[2]. Además, asegura niveles de reducción y absorción acordes y consecuentes con la meta país de neutralidad al 2050. Asegurar estabilidad de esta reducción y absorción es clave dada las perturbaciones a las que están sometidas las tierras forestales, como ya se evidenció con los incendios catastróficos del 2017.

En cuanto al componente de adaptación en la NDC se “reconoce la relevancia de los procesos de adaptación para fortalecer la resiliencia del país a los impactos del cambio climático, avanzando de manera consistente en la planificación e implementación de acciones de adaptación en las distintas políticas e instrumentos de cambio climático, tanto a escala nacional como subnacional. A través de estos instrumentos, se materializan las acciones concertadas que permitirán proteger a las personas y sus derechos, los medios de vida y los ecosistemas, teniendo en cuenta las necesidades urgentes e inmediatas identificadas en cada sector, a escala nacional y subnacional.”

En materia de adaptación, nuestro país se compromete entre otros a:

  • Fortalecer la coordinación de la acción climática en adaptación a escala nacional, a través del plan nacional de adaptación, y de planes de adaptación para 11 sectores priorizados, incorporando los aprendizajes logrados en la implementación de los primeros planes. Estos serán insumos para la Comunicación de Adaptación, que será enviada a más tardar el 2022 a la CMNUCC.

Es así como en el componente de adaptación de la NDC, se compromete la actualización del Plan Silvoagropecuario. Los ciclos de los planes de adaptación comprenden un período de vigencia de cinco

[1] Sectores del cambio del uso de la tierra y la silvicultura.

[2] En el caso de la CNULD, la condición de Punto Focal Nacional que posee CONAF se formaliza el 17 de junio de 1997, a través de la Resolución N°37 del Consejo de Ministros de Medio Ambiente. Este enfoque promueve incentivos para reducir las emisiones producto de la deforestación y la degradación forestal (conocido como REDD+); además de incentivar la conservación, la gestión sostenible de los bosques y el aumento de las reservas forestales. La oficialización se efectuó mediante Carta N°99, de 19 de febrero de 2014, emitida por los Ministros de Agricultura y de Relaciones Exteriores.

En el contexto de REDD+, se contempla implementar medidas de acción que generen un impacto positivo medible para evitar o reducir la deforestación, la degradación forestal y aumentar los sumideros de carbono vinculados a bosques, con el objetivo de aportar significativamente a los compromisos de mitigación al cambio climático adoptados por Chile. Para ello se ha cumplido con las diversas directrices que plantea REDD+ a nivel global, en términos de: a) Cuantificación de las emisiones y absorción de carbono forestal en un período histórico determinado; b) lograr avances en la forma de medición y monitoreo de los flujos de carbono en el tiempo y, c) avances en la manera que serán abordadas y respetadas las denominadas salvaguardas ambientales y sociales.